miércoles, 21 de mayo de 2014

Una despedida. Hasta luego


La verdad, muy poco tengo ganas de entrar aquí, ya que tengo un problema personal, donde no diré la razón, si algunos leen lo que pongo, sabran el porque hago esto.  
No me gusta abandonar algo sin poder decir o escribir algo antes de marcharme, bueno, la verdad
fue divertido tener gente, sólo diré esto, nos vemos y hasta nunca. y diré antes algo: Go to sleep... 
Les dejo un video en Japón. 


domingo, 20 de abril de 2014

La ominosa ausencia de rostro en las fotografías de Quentin Arnaud [Fotos]

Algo tiene de ominoso, de tétrico y quizá incluso aterrador imaginar a una persona sin rostro. Teniendo en cuenta que las relaciones cara a cara han sido la base de nuestra estabilidad emocional lo mismo como personas que como especie o civilización, alguien que tenga físicamente todo lo que debe tener a excepción de los rasgos faciales sería una especie de monstruo cuyo terror no se deberá, como sucede en los relatos fantásticos à la Lovecraft, a su increíble lejanía fisonómica con respecto al ser humano, sino a su semejanza en todo detalle excepto por la cara, un vacío que quizá tenderíamos a llenar con nuestros más secretos pavores. Un ensayo de esta tesis podría realizarse con la secuencia fotográfica del francés Quentin Arnaud, quien ha elaborado una serie de 15 imágenes a la que tituló ShapeForma. En esta la constante es una cabeza humana tomada de frente, no más allá del cuello y con un acercamiento que, en otras condiciones, permitiría apreciar los detalles faciales de la persona fotografiada. Sin embargo, por un juego de luces y sombras ejecutado con solvencia, lo que podemos ver en las imágenes es poco, signos sueltos de una identidad desconocida, suficientes únicamente para hacernos una idea vaga del ¿hombre?, la ¿mujer?, la ¿niña? que ocultan las sombras. Y, encima de todo esto, inevitable, ese abismo tenebroso en el lugar que deberían ocupar los labios, la nariz, los ojos, estos últimos los órganos en los que más acostumbrados estamos a encontrar la humanidad de una persona, la esencia que creemos adivinar al fondo de su cristalina transparencia y que nos da la medida de su naturaleza. Pero aquí no hay nada de eso. Aquí solo hay formas anónimas, huecas, amorfas, disponibles quizá para adoptar cualesquiera rasgos que Otro programe en ellas.

viernes, 21 de marzo de 2014

Leyenda del Herrero y El diablo

  Cuentan que había un hombre que se llamaba Miseria y era herrero. Ya cansado de la pobreza, porque no tenía qué darle de comer a los hijos, resolvió entregarle el alma al diablo a cambio de tres bolsas de plata. En el plazo de un año debía venir el diablo a buscarlo. El tiempo pasó, y un día se presentó en el ranchito un viejito andrajoso en un caballo flaco y sin herradura. Pero no era el diablo, sino un alma buena. El herrero, viéndolo tan pobre, le dio hospedaje, la mujer le remendó la ropa y lo lavó y le colocaron herraduras al caballo. Cuando el viejito se quiso ir, le dijo al herrero: 

- ¿Con qué te pagaré el favor que me has hecho?
- Vaya tranquilo, no es nada.
- Bueno, te daré tres dones. El que se siente en esta silla, no se levantará hasta que se lo ordenes. El que entre en esta bolsa, no saldrá sin que vos se lo ordenes. Y el que suba a esta planta de nogal no se bajará mientras vos no se lo ordenes.


Se despidió el viejito y se fue: había sido Tata Dios, o alguien que él envió.
Cuando se cumplió el plazo, vino el diablo a buscarlo y el herrero le dijo:
- Espere que termine de hacer una herradura, que ya voy. Mientras tanto, siéntese a descansar en esa silla.
Cuando terminó de hacer la herradura le dijo al diablo:
- Bueno, vamos.


Y como el diablo no se podía levantar de la silla que Dios había dejado en el hogar, se quedó sentado. Al rato le dijo el diablo al herrero que si lo dejaba levantar le iba a perdonar la vida por un año más. El herrero le ordenó que se levantara y el diablo se fue, más rápido de lo que le daban las patas coloradas.
Cuando se cumplió el otro año, vinieron tres diablos a llevarlo y el hombre les dijo:


- Esperen que acabe de hacer esta herradura, que ya voy. Mientras tanto, suban a comer nueces a este nogal. 


Se subieron los diablos al nogal y no se podían bajar. Desesperados, le dijeron al herrero que le iban a perdonar un año más de vida si los dejaba bajar. El herrero les ordenó a los diablos que se bajaran y se fueron, llevándose sus puntudas colas detrás.
Al año siguiente, vinieron cincuenta diablos en mula a llevarlo al herrero. Éste le dijo:
- Voy a ir, pero antes se entran todos dentro de esta bolsa.


Los diablos se metieron y el herrero los agarró a palos, y los golpeó tanto, tanto, que los diablos pidieron por favor que los dejara salir. Le dijeron que le iban a perdonar la vida si los sacaba de dentro de la bolsa. El herrero así lo ordenó y los diablos se fueron, lo más rápido que podían correr sin tropezar con sus tridentes.


Cuando Miseria murió, Dios no lo recibió en el Cielo porque había vendido su alma al diablo.


Bajó al Purgatorio, adonde van las almas que han cometido pecados no graves, y que no pueden entrar directamente al Cielo, pero el Purgatorio no lo recibieron, ya que había vendido su alma al diablo, y estaba en poder de él.

Entonces Miseria se fue al Infierno con el palo. Salieron los diablos a recibirlo y cuando lo vieron a Don Miseria con el palo, los diablos salieron disparando como alma que lleva el diablo y cerraron las puertas del Infierno para que el herrero no pudiera entrar.
Se volvió a Dios Don Miseria y le dijo que los diablos no querían recibirlo. Entonces Dios lo mandó a que ande por el mundo, y es por eso que la miseria nunca se acaba por estos pagos.

Sacada del blog: algo especial

Nota: Subiré cada leyenda, creepy cada mes. Adios.