Aquel día Don Javier iba transitando por el camino con su mula llevando alimento para sus animales, ya era muy tarde y se encontraba muy hambriento y cansado, si alguien le hubiera advertido del peligro que corría al cruzar por el puente Ara seguramente no lo hubiera hecho.
Ese día ya apresurado tomo aquel atajo que lo llevaría mas rápidamente a su hogar, pero conforme se iba acercando al puente su mula comenzó a inquietarse y a comportarse mas impertinente e inquieta de lo normal. Ya cansado no pensaba soportarla y la jalo para castigarla aun que aun a si la mula se ponía cada vez mas inquieta al grado de que se le zafo su correa.
Cuando Don Javier logro incorporarse vio a una mujer que se acercaba justo a donde el se encontraba, desconcertado pregunto:
-¿Qué se le ofrece?
-Me aria el favor de acompañarme al puente Ara dijo la mujer. -La haría con gusto pero intento rodearlo, mi mula no quiere atravesar por hay, dijo Don Javier.
-Me aria el favor de acompañarme al puente Ara dijo la mujer. -La haría con gusto pero intento rodearlo, mi mula no quiere atravesar por hay, dijo Don Javier.
La señora insistió y Don Javier no tuvo más remedio que acompañarla, pero en cuanto llegaron al puente apareció un hombre con un enorme látigo y totalmente vestido de negro. Don Javier volteo desconcertado buscando a la mujer, pensando que ella lo había llevado hay apropósito, en ese mismo momento la mula hecho a correr y aquel hombre de negro comenzó a golpear a Don Javier con su látigo. Don Javier gritaba
- No tengo dinero
Pero el hombre parecía no escucharlo, de pronto logro correr y cruzar el puente, al lograrlo, volteo para ver a su atacante pero aquel hombre desapareció tan pronto como había aparecido.
Al día siguiente conto su historia a los hombres del pueblo y ellos le contaron que esos seres salen del cementerio que se encontraba a un lado del puente en busca de venganza pues ellos fueron asesinados en los tiempos de la revolución.
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